Saturday, August 2, 2008

Corrientes que te llevan



Aunque me considere un náufrago, a veces me siento como una hormiga de ésas que viven entre dos planchas de metacrilato encima de un mueble de la habitación de cualquier niño americano. Saber que somos muchos no consuela, más bien va desgarrando la esperanza y más cuando te cruzas con una compañera así, de las que vendría mejor imaginarlas, precisamente, como una hormiga y no como un náufrago. Una hormiga que sabe, hace demasiado tiempo, que no hay salida.
Y es que, aunque toques tierra firme, parece que son las corrientes las que te llevan.
Con suerte a un islote, que por no ser islas, tarde o temprano, acaba desapareciendo con una marea alta, devolviéndote de nuevo al océano. Y así va siendo todo este tiempo.
Algunos, perdida la esperanza, van mirando sin ver.
Me digo que yo todavía no soy así. Pero no creas que me dejaré llevar y pensar que soy mejor
que otros, acabar siendo un miserable que escupe desde su peldaño a los que tiene en los escalones siguientes, cuando estás en una escalera muy larga y no ves donde termina.
A pesar de los momentos en que sólo me dejo llevar por las corrientes, mantengo la esperanza, de momento no hay muchos tiburones. Y aunque a veces sueño que me rescatan desde el yate de uno de los millonarios más generosos del mundo, la esperanza que me mantiene es la de llegar a saber disfrutar de toda esta travesía que a saber en que isla o islote terminará.
Mientras, me agarro fuerte a mi cámara y capturo todo lo que mi intuición, mi timonel, sabe útil para añadir a mis cartas de navegación. Cartas que espero ir descifrando para, cuando menos, tener alguna idea de cómo moverme por estos mares, sin haber sido marinero.

4 comments:

Unknown said...

Los náufragos suelen querer regresar a su estatus normal. Pero entre las lineas que nos muestras me encuentro con el inicio de un camino que uno mismo ha empezado a andar.
De la imagen, solo contemplarla, y ver el contraste del caminar sereno con el presente que siempre tiene futuro… la vida.
Nos vemos en tus próximas entradas.
Un abrazo

El hombre invisible said...

Muchas gracias por pasaros por aquí.
Sr. Riveiro, hay días para los morenos, como dicen. La moral sube y baja como el mar.
Jan, a ver si nada más empezar ya me estás pillando...igual tengo algo de anacoreta, pero juro que he intentado mantenerme en tierra firme.

Silvia_D said...

Tu botella llegó a mi puerto :)

Me han encantado tus fotos y el texto y espero que el blog cumpla tus expectativas.

Si quieres " Pasearte por Terra" serás bien recibido.

Con tú permiso , volveré.

Saludos

Pedro Ojeda Escudero said...

Sigue agarrándote a la cámara porque encontrarás la explicación, o, al menos, la búsqueda será la correcta.
Magnífico texto programático, magnífica foto (buena idea la de esconder tu reflejo en el maniquí: te lo dice quien está obsesionado con las fotos de escaparates, como habrás visto en mi blog).
Saludos. Volveré.